Iglesia Episcopal San Miguel Arcángel
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El Reverendo Canónigo Juan Jiménez
Tiempo después de Pentecostés
Propio 10
7/14/2024
Colecta
Dios de misericordia, recibe las oraciones de tu pueblo que te suplica;
concédenos saber y comprender cuál es nuestro deber y la gracia y el
poder de cumplirlo con fidelidad; por Jesucristo nuestro Señor, que
contigo y el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, ahora y siempre.
Amén.
Lectura del Libro del Profeta Amós
Dios me permitió verlo cuando estaba junto a un muro, con una plomada de
albañil en la mano. Me preguntó: “¿Qué es lo que ves, Amós?” Yo le
respondí: “Veo una plomada de albañil.” Entonces Dios me dijo: “Con esta
plomada voy a ver si mi pueblo se comporta rectamente. Ya no voy a
perdonarle un solo pecado más.
Amasías, el sacerdote del templo de Betel habló también conmigo, y me
dijo: “Óyeme tú, que dices que has visto lo que va a suceder: ¡largo de
aquí! Deja ya de profetizar aquí.” Yo le respondí: “Pues fíjate que no
soy ningún profeta, ni tampoco mi padre lo fue. Me gano la vida cuidando
ganado y cosechando higos silvestres. Si ahora profetizo, es porque Dios
mismo me pidió que dejara de cuidar el ganado, y me mandó a anunciarle
este mensaje a su pueblo.”
Palabra del Señor
Señor, tú perdonaste la maldad de tu pueblo,
Olvidaste entonces tu enojo
Dios y Salvador nuestro,
Yo prestaré atención
Él hablará de paz para su pueblo,
Entonces el fiel amor de Dios
El Señor nos bendecirá,
Lectura de la Carta de San Pablo a los Efesios
Demos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo por las
bendiciones espirituales que Cristo nos trajo del cielo. Desde antes de
crear el mundo Dios nos eligió, por medio de Cristo, para que fuéramos
sólo de él y viviéramos sin pecado.
Dios nos amó tanto que decidió enviar a Jesucristo para adoptarnos como
hijos e hijas suyos, pues así había pensado hacerlo desde un principio.
Dios hizo todo eso para que lo alabemos por su grande y maravilloso
amor. Gracias a su amor, nos dio la salvación por medio de su amado
Hijo. Por la muerte de Cristo en la cruz, Dios perdonó nuestros pecados
y nos liberó de toda culpa. Esto lo hizo por su inmenso amor. Por su
gran sabiduría y conocimiento, Dios nos mostró el plan que había
mantenido en secreto, y que había decidido realizar por medio de Cristo.
Cuando llegue el momento preciso, Dios completará su plan y reunirá
todas las cosas, tanto en el cielo como en la tierra, y al frente de
ellas pondrá como jefe a Cristo.
Por medio de Cristo, Dios nos eligió desde un principio, para que
fuéramos suyos y recibiéramos todo lo que él había prometido. Así lo
había decidido Dios, quien siempre lleva a cabo sus planes. Dios quiso
que los judíos fuéramos los primeros en poner nuestra esperanza en
Cristo, para que lo alabemos por su gran poder.
Ustedes oyeron y creyeron la buena noticia de su salvación, que es un
mensaje verdadero, y gracias a Cristo pasaron a formar parte del pueblo
de Dios y recibieron el Espíritu Santo, que nos había prometido. Ustedes
lo recibieron como prueba de que Dios cumplirá su promesa, cuando haya
liberado totalmente a los que formamos su pueblo. Por eso, alabamos la
grandeza de Dios.
Palabra del Señor
Lectura de la Vida de Jesús según San Marcos
El rey Herodes oyó hablar de Jesús, quien ya era conocido en muchos
lugares. Algunos decían: “Es Juan el Bautista que ha resucitado, por eso
está haciendo milagros”. Otros decían: “Es Elías.” Y otros más decían:
“Jesús es un profeta como los que vivieron hace mucho tiempo.” Pero
cuando Herodes escuchó esos comentarios, dijo: “Es Juan. Yo le corte la
cabeza y ahora ha resucitado”.
Herodes había mandado arrestar a Juan y ponerlo en prisión por causa de
Herodías, esposa de su hermano Felipe. Herodes se había casado con ella,
y Juan le decía a Herodes que no era correcto casarse con la esposa de
su hermano. Por eso Herodías le guardaba rencor a Juan y quería matarlo,
pero no encontraba la forma de hacerlo. Herodes le tenía miedo a Juan
porque sabía que era un hombre recto y santo, y por eso lo protegía. A
Herodes le gustaba escuchar a Juan, pero siempre se inquietaba con lo
que él le decía.
Llegó el momento que Herodías esperaba para matar a Juan y fue el día
del cumpleaños del rey Herodes. Él quería celebrar su cumpleaños con los
altos funcionarios, con los comandantes y con los notables de Galilea, a
quienes invito a una gran cena. La hija de Herodías entro y bailo, lo
cual les gusto mucho al rey y a sus invitados. Así que el rey Herodes le
dijo a la muchacha: “Pide lo que quieras y te lo daré.” Y le juró a la
muchacha: “Te daré lo que me pidas, hasta la mitad de mi reino.”
Ella corrió a donde estaba su mamá y le preguntó: “¿Qué debo pedir?”
Ella le contestó: “Pide la cabeza de Juan el Bautista.” Enseguida la
muchacha volvió a donde estaba el rey y le hizo su petición: “Quiero que
me traigas ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan el Bautista.” El
rey se puso muy triste, pero no quería quedar mal con sus invitados y
tenía que cumplir su promesa. No podía negarle a la muchacha lo que
estaba pidiendo. Así que enseguida ordenó a un verdugo que le trajera la
cabeza de Juan. Él fue y le cortó la cabeza a Juan en la cárcel, la
trajo en una bandeja, se la entregó a la muchacha y ella se la dio a su
mamá. Cuando los seguidores de Juan se enteraron, fueron a recoger el
cuerpo y lo colocaron en un sepulcro.
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